"Hoy vamos a evacuar el Centro de Detención. Cien afortunados
vais a tener la oportunidad de hacer historia. Vais a viajar a la Tierra.
Cien jóvenes delincuentes han sido seleccionados para
participar en la misión de control para recolonizar la Tierra. Son chicos y
chicas de edades y procedencias distintas, algunos peligrosos, otros, ahora en
peligro. Tras un brutal aterrizaje, los cien llegan a un maravilloso y salvaje
planeta que solo han contemplado desde el espacio. Se cree que la atmósfera
terrestre es tóxica, inhabitable. Y ha llegado el momento de averiguarlo.
Mientras se enfrentan a los peligros de este mundo
desconocido, los cien tratarán de formar una comunidad, pero si quieren
sobrevivir tendrán que aprender a confiar los unos en los otros e, incluso,
deberán dar al amor una segunda oportunidad, otra vez."
Bueno, pero no lo suficiente. Una historia distópica contada desde distintos puntos de vista y flashbacks. En un futuro distópico el mundo ha sido destruido por el hombre y los sobrevivientes han sido enviados al espacio.
Después de tantos años es posible que la tierra pueda ser habitada de nuevo, y cien criminales adolescentes serán los conejillos de indias. Ir a la tierra supone morir asfixiados o sobrevivir por su cuenta.
Con los flashbacks que cuentan por qué estos criminales son considerados criminales, esta es una historia distinta. Aunque faltó acción, es una buena historia gracias a la manera en la que está escrita y la manera en la que sus personajes deben afrontar el peso de sus decisiones.
Rápido y enganchante desde el principio, este libro distópico cuenta una historia original con un trasfondo muy fuerte: debes hacer lo que sea necesario por la persona que amas.
Un final que te obliga a leer la siguiente parte para saber que sucede con los que han sobrevivido y si siguen con vida.