"Ethan Wate es un joven de dieciséis años huérfano de madre
cuya vida en el tedioso y apartado pueblo de Gatlin, al sur de Estados Unidos,
acaba de dar un vuelco radical. ¿La culpable? Lena Duchannes. La chica nueva,
sobrina del loco Macon Ravenwood, y protagonista de sus sueños y pesadillas.
Literalmente.
Por su parte, Lena es guapa, misteriosa, diferente y, por
algún extraño motivo, cada mañana aparece en clase con un número pintado en el
reverso de la mano. Algo más que suficiente para que los prejuiciosos vecinos
del pueblo la califiquen de rara. Sin embargo, ella tiene muchos más problemas
con los que lidiar: es una Caster y, al igual que el resto de su familia, está
maldita. Sólo con la ayuda de Ethan y de los fantasmas de sus antepasados podrá
dar con una solución en una carrera contrarreloj en la cual Lena podría perder
algo más que su propia vida."
Increíble en todos los sentidos. Una saga llena de magia, misterio, romance, intriga, rencor y oscuridad. El libro es envolvente desde el principio, la manera cómo está contado te obliga a seguir leyéndolo. Me gustó mucho la manera en la que estas dos escritoras crearon su propio lenguaje y crearon un glosario para explicarlo todo. Ethan: popular, atlético y guapo. Lena: misteriosa, tímida y hermosa.
La manera en la que todos los personajes cumplen un papel importante en el destino de la magia, te hace amar la historia. Aunque el segundo libro transcurre un poco lento, los dos siguientes son fantásticos.
Cada elemento, cada detalle, es crucial en la historia final de Ethan, Lena y el resto del mundo. Si eres de los que aman las historias llenas de magia y amor, esta es una saga indicada para ti.
Un destino, una canción, dieciséis lunas y un amor prohibido.
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